sábado, 24 de abril de 2010

Baby, de Susan Sontag. Dirección de Lorena Ballestrero

Actúan: María Inés Howlin, Silvina Katz, Leonardo Murúa, Leandro Odierna, Eduardo Pavelic, Élida Schinocca.
Diseño de escenografía y gráfica: Laura Rovito.
Diseño de iluminación: Ricardo Sica.
Musicalización y producción: Luis Cano
Maquillaje y asistencia de dirección: Carolina Ramos
Dirección y dramaturgia: Lorena Ballestrero
Espacio teatral El Kafka
http://babysontag.blogspot.com




“Baby” es el apelativo familiar que los anglo-parlantes utilizan para referirse, entre otras posibilidades, a los hijos, niños y no tanto. Connota un vínculo amoroso de quien lo usa hacia el designado, universalmente conocido a través de su proliferación en la canción romántica. Por si esto fuera poco, es neutro, lo que lo convierte en un comodín exitoso.
(Mientras escribo me asalta el aullido, tan tierno como demandante, de Janis Joplin en Cry baby)

En la puesta en escena de Lorena Ballestrero a partir de un texto de Susan Sontag, la expresión “baby” refuerza este vínculo, mejor dicho, vincula tres pares de padres-madres, que frente a los espectadores derrochan anécdotas sobre su respectivo “baby”: único, el más inteligente, audaz. Casi siempre, sólo a veces, únicamente en su deseo vehemente, enfermizo, psicopático. El que aflora en la consabida frasecita “Lo hacemos por tu bien!”, o “¿Quién te va a querer más que nosotros?”.My baby...


Lorena Ballestrero, quien, con Baby ya tiene tres puestas en escena en su haber (Conga! (2007) y Polixena y la cocinerita (2009), despliega polifónicamente un discurso que se emite hacia los espectadores –que pueden devenir en un psicoanalista de familia, un tribunal, la opinión pública o un compañero de ruta (léase padre/madre)-.

Cada cual, cada uno, elige en qué rol ubicarse, dónde reconoce su deseo y el límite, cuyo traspaso nos ubica en un territorio siniestro, el de lo horroroso cotidiano. (En la puesta, denotado a través de los días de la semana que se alternan sobre el telón de fondo). Es una cuestión de climas, sutilmente llevados a buen puerto por las actuaciones que emergen en un contexto minimalista.

Susan Sontag resulta reconocible en la denuncia de las máscaras del lenguaje, de las instituciones, de los vínculos. Máscaras que esta pieza devela prolijamente, en sus mecanismos discursivos y gestuales.

Escuchemos nuevamente a la eterna Joplin, “I want you tu come on, come on to your mama now/ And if you ever want a little love of a woman/ Come on and baby, baby, baby, baby, baby, cry baby…”